La gestión culinaria abarca dos aspectos muy específicos de las artes culinarias. Por un lado está la preparación y presentación de los alimentos con todo lo que ello implica y por otro lado, abarca la administración de la cocina.
La gestión culinaria implica la elaboración de los alimentos desde que llegan a la cocina, su elaboración y su posterior tratamiento antes de ser servido. Además, es necesario tener un control administrativo de todo lo que se necesita en una cocina como la previsión de los alimentos, ingredientes y bebidas así como utensilios y demás objetos de restauración (manteles, servilletas, etc) e incluso llevar las cuentas.
Realizar un curso de gestión culinaria implica adquirir todas las habilidades fundamentales para realizar estas acciones con eficacia y poder gestionar adecuadamente el negocio.